Las enseñanzas del Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, no eran meras palabras, antes de decir algo él lo aplicaba, lo daba a conocer con su propio ejemplo. Encontramos la puesta en práctica de la bondad en todos y cada uno de sus asuntos, y el trato hacia los demás, así fueran sus enemigos.
Narró Abu Adullah, an-Nu’man Ibn Bashir (que Allah esté complacido con él) que oyó al Mensajero de Alá (la paz sea con él) decir: “Ciertamente, lo lícito es evidente y lo ilícito es evidente, y entre ambos existen asuntos dudosos sobre los que mucha gente no sabe (ignora). Quien se abstiene de los asuntos dudosos purifica su religión y mantiene limpio su honor, pero quien cae en los asuntos dudosos, caerá inevitablemente en lo ilícito. Al igual que el pastor que pasta (su ganado) próximo a un prado vedado, poco falta para que pasten en él. Por cierto que todo rey tiene su zona vedada, y ciertamente la zona vedada de Alá es lo ilícito, y por cierto que en el cuerpo existe un trozo de carne, que si se encuentra sano, todo su cuerpo lo estará, y si se corrompe (enferma), todo el cuerpo se corromperá, este es el corazón”. (Transmitido por Bujari y Muslim)